jueves, 26 de septiembre de 2019

Turismo y empleo: un futuro mejor para todos. Reflexiones desde el patrimonio cultural


Hace 40 años la Organización Mundial del Turismo (OMT) decidió establecer el 27 de septiembre Día internacional del Turismo. Desde 1980, países, regiones, ciudades y colectivos relacionados con lo turístico, celebran este día con diferentes actividades, más de carácter festivo y conmemorativo que de análisis y reflexión, en torno a un lema o mensaje institucional que la OMT propone en cada convocatoria, incluyendo, entre otros temas, el turismo y la transformación digital (2028), sostenibilidad (2017) o la accesibilidad (2016).

Este año la OMT nos invita a reflexionar sobre el valor económico del turismo, su capacidad de crear empleo y, en el ámbito de los Objetivos Globales de Desarrollo Sostenible, de promover un crecimiento sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos (ODS8).

Que el Patrimonio Cultural juega un papel fundamental en lo turístico no es nuevo. Ruinas y Monumentos motivaron a los primeros viajeros del siglo XVIII a iniciar su Gran Tour ilustrado. Hoy, bajo el segmento del Turismo Cultural, las mismas ruinas y monumentos, peor o mejor conservados, restaurados o reinventados, siguen motivando a millones de viajeros.

En 1999 la OMT abordó la relación Turismo-Patrimonio con el lema «El turismo. Protección del patrimonio mundial para el nuevo milenio». Pasados 20 años, el tema patrimonial sigue presente. La gran mayoría, por no decir la totalidad, de propuestas locales de celebración de este día en la provincia se concretan en la visita al patrimonio local o, como mínimo, en la correspondiente jornada de puertas abiertas.

Por desgracia, el análisis y reflexión de la relación turismo-patrimonio, el impacto económico de lo turístico en lo patrimonial y viceversa, incluyendo renta y empleo, quedarán, en el mejor de los casos, relegados a un segundo plano o reducidos a un discurso al uso extremo y entre extremos de la gentrificación y banalización del centro histórico de la ciudad, lo antiguo y lo moderno.

En un día como el que celebramos, todo político que se precie no perderá ocasión de hacer alabanza de lo turístico como motor de desarrollo y prosperidad. Los de Sol y Playa hablarán mucho de verano y paseos marítimos abarrotados, pero poco de pueblos enteros vacíos el resto del año. En la Provincia a falta de arena, agua y litoral, echaran mano del patrimonio, de sus muchos y ricos monumentos y sus (pocos y pobres) museos, como si las piedras del pasado fueran diamantes suficientes para que un pueblo entero viva y sobreviva, más allá de Fiestas, puentes del Pilar y la Inmaculada.

Del turismo, el patrimonio y el empleo en cantidad y calidad adecuada queda mucho por hacer y decir con fundamento, o lo que es lo mismo, con datos precisos y estadísticas que, más allá de la cuenta satélite de la cultura a nivel nacional y otros indicadores de oferta y demanda generales, permitan hablar a nivel local de empleo directo, indirecto o inducido (que no son lo mismo) en el ámbito del patrimonio como sector propio de la cultura.

Y si incluir la perspectiva económica en el análisis del patrimonio (incluida la relación mutua con el turismo, así como otros aspectos de lo intangible y la Cultura, con mayúsculas) es cosa compleja y arriesgada sin que le tachen a uno de monetarista sin escrúpulos, hacer otro tanto de sostenibilidad y Agenda Global sin que lo hagan de ecologista y catastrofista es imposible y utópico.

Desde Sevilla Patrimonio tratamos de difundir la cultura general y el patrimonio de la Provincia en particular, pero también de llamar la atención, tanto de lo bueno o malo que se ha hecho, se hace o queda por hacer al respecto desde nuestra propia perspectiva, unas veces razonada desde el conocimiento (seguro que con sus equivocaciones más que aciertos), y de otras desde la pasión encendida y el acaloramiento (por no decir calentón que suena raro), pero siempre, siempre desde nuestro compromiso con el patrimonio, con la salvaguarda de sus múltiples valores en el ámbito social y el aprovechamiento sostenible de los económicos y territoriales  de un bien común de y para todos. Al menos en ello estamos, con más o menos éxito pero sin que nos falten las ganas y el ánimo…

Continuará