De la plétora de edificios históricos de Sevilla,
los que desde la afición o el oficio relatamos como si fuera analítica o
prospecto farmacéutico las bondades o patologías de esto o aquello, solemos incidir más en continente que contenido y menos en fondo que forma. Hacemos diagnóstico y juicio clínico del
estado de conservación arquitectónico y, según el caso, convocamos en forma de
denuncia al practicante o galeno de urgencia para que alivie con su inyección o
receta de presupuesto el estado del enfermo, en una praxis prescriptiva, por lo
común, más de naturaleza vitruviana (firmitas,
utilitas y venustas) que hipocrática (vis
medicatrix naturae).
No es ni será extraña esta forma de proceder en
cuanto que el patrimonio hispalense está cargado de bienes inmuebles de interés
en los que pocos muebles, más allá del entorno sacramental y nobiliario, resisten
el paso del tiempo o el abandono. Pero siempre hay excepciones, como rara
avis, o rara enfermedad.
El Laboratorio Municipal de Sevilla es buen ejemplo
de lo dicho. Como edificio, continente y forma resaltamos su arquitectura ecléctica,
o lo que es lo mismo, mezcla de regionalismo, modernismo y otros ismos
arquitectónicos de finales del siglo XIX y alborada del XX, obra del ilustre
D. Antonio Arévalo Martínez (1871-1948), como otras en el ensanche de la ciudad
antigua en Nervión, la iglesia de la Concepción y el edificio, también
municipal, sede del Distrito, por caso.
Ubicado en la Sevilla extramuros, cerca del Ambulatorio
de María Auxiliadora, frente a otro de los espacios singulares de la Ronda Histórica -los
Jardines del Valle- destaca su fachada monumental de dos plantas con adosados
laterales rectos y curvos, que rompen su simetría, y elementos decorativos.
Como institución, contenido y fondo, resaltamos su
rara continuidad funcional, pues raro es que edificios centenarios y de
carácter público mantengan su uso tal y como fueron pensados en su día.
Completada la obra (1912), el Laboratorio Municipal inicia su actividad en el edificio en 1913, tras un ir y venir como estrella errante de la nueva
política higienista de finales del XIX en forma de Gabinete Histoquímico
Municipal (Cabildo, 23/02/1883) destinado a erradicar las irregularidades,
falsificaciones y adulteraciones detectadas en los productos alimenticios de
mayor consumo.
El Laboratorio antes de ubicarse en su nueva sede,
incorporó nuevos servicios como el de desinfección para el tratamiento de la ropa y
enseres de ciudadanos que hubieran fallecido de enfermedades contagiosas (mire
usted por dónde, ahora de rabiosa actualidad), así como el control de animales
a modo de perrera municipal, que pasó al final de los 80 a la carretera de
Alcalá como centro Municipal Zoosanitario Ignacio Vázquez Muñoz, ilustre personaje también, con el cargo de veterinario de la Maestranza, entre otros.
De aquellos tiempos el Laboratorio guarda sus
habitaciones de lo sucio y lo limpio con su autoclave horizontal para el
tratamiento de la ropa por vapor, las cocheras de cierre hermético para la
desinfección de vehículos y una parte importante de su utillaje, objeto de
catálogo por parte del Museo de Historia de la Farmacia de Sevilla. Suma
también a su valor patrimonial, el documental, incluyendo el propio proyecto
original de Arévalo y la crónica de las inspecciones, tratamiento y analíticas
realizadas desde su puesta en marcha.
Nos encontramos así ante un hito patrimonial de
Sevilla, que a pesar sus múltiples valores de ámbito arquitectónico,
industrial/técnico, etnográfico y documental, se antoja, como otros edificios de la Sevilla moderna, poco conocido y tarea pendiente de investigación
y difusión. Con esta entrada, rendimos homenaje a todos los sanitarios que
pasaron por sus dependencias, así como al Museo Histórico de la Farmacia por
iniciar en su día el estudio de esta parte de nuestro patrimonio.
Continuará.
+INFO:
Ayuntamiento de Sevilla. Laboratorio Municipal.
IAPH. Guía Digital del Patrimonio Cultural.
IAPH. Guía Digital del Patrimonio Cultural.
Universidad de Sevilla. Museo de Historia de la Farmacia de Sevilla
RAMOS CARRILLO, A.; RUIZ ALTABA, R. (2014). El Museo de Historia de la Farmacia como instrumento de investigación y educación superior: contribuciones respecto al Laboratorio Municipal de Sevilla. Ars Pharm 2014, 55(4): 22-29.
PIÑERO, Fran (2015). Los secretos que esconde el
histórico Laboratorio Municipal de Sevilla. Sevilla Ciudad. ABC de SEVILLA. 28de junio.
Fuente de Imágenes: IAPH, Laboratorio Municipal de
Sevilla, Sevilla Ciudad
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