miércoles, 8 de enero de 2020

La Gran Nevada de 1954: Retablo cerámico y relato meteorológico y patrimonial


Que las Cortijos y Haciendas de la provincia cuentan con un notable valor cultural es cosa obvia y más que sabida; otra es que dicho valor sea reconocido, elevado a patrimonio y que dicha patrimonialización sea algo más que ampliar una determinada lista o catálogo con la inscripción de un nuevo elemento de valor histórico con carácter general, arquitectónico, arqueológico, industrial o etnológico, en particular.

Cortijo y Torre de Troya. Imagen: Antonio Rúa

Troya [1] es un buen ejemplo de cada uno de estos valores particulares; su torre también lo es del ejercicio fácil de inscripción y catalogación como Bien de Interés Cultural, así como del difícil y complejo de su conservación sin que medie entendimiento entre la propiedad, las administraciones, a veces poco competentes en sus competencias, y otros actores del territorio a escala local del municipio (El Palmar de Troya) y comarcal (El Bajo Guadalquivir).

Cortijo de Troya. Detalle. Imagen: Antonio Rúa

Pero hoy no hablaremos de Troya y su vinculación con la Banda Morisca, tampoco de la riqueza arqueológica de su entorno o su paisaje, ni su arquitectura. Nos ocuparemos de uno de sus elementos cerámicos, en este caso, no de devoción, ni tampoco homenaje a la propiedad, sino relato extraordinario de aquella nevada histórica del 1954.
Patio y Jardín de Troya. Imagen: Antonio Rúa

Por estas fechas, cuando ya entrado el invierno el frío se hace sentir, la prensa local y las redes sociales se llenarán de las correspondientes crónicas locales e imágenes con más blanco que negro de los primeros días de febrero de 1954. No haremos aquí narrativa de lo meteorológico y lo anecdótico, pues desde Maldonado hasta los cronistas locales ya lo hicieron y seguirán haciendo cada año.

Cortijo de Troya. Crónica de la nevada de 1954. Imagen: Antonio Rúa

Nos limitaremos a presentaros un ejemplo de esos valores que como tesoros quedan por descubrir en el medio rural, un conjunto de 40 azulejos relato de aquel episodio meteorológico, y que de la mano de la Fábrica de Cerámica de Ramos Rejano de Triana [2] y la iniciativa de Doña Regla Miura y Hontoria, esposa de Don Carlos Piñar y Pickman, dueña de la Finca de Troya, llega a nuestros días como crónica singular y única en forma de retablo y legado.

EN EL AÑO DE 1954 SIENDO LA SRA. DÑA. REGLA MIURA Y HONTORIA, ESPOSA DEL SR. D. CARLOS PIÑAR Y PICKMAN, DUEÑA DE ESTA FINCA DE TROYA DEL TÉRMINO DE UTRERA [3], ACAECIERON ACONTECIMIENTOS ATMOSFÉRICOS SIN PRECEDENTES CONOCIDOS POR LAS GENERACIONES ACTUALES NI NOTICIAS CONCRETAS DE ESTA CATEGORÍA EN EL PASADO.
AL COMENZAR ENERO Y DURANTE VEINTE DÍAS SE PRODUJERON CONSECUTIVAMENTE HELADAS QUE LLEGARON A TRES GRADOS BAJO CEROS, VINIENDO LA LLUVIA DURANTE DOS DÍAS A CONTINUACIÓN, LO QUE MEJORÓ EL ESTADO DEL CAMPO, PERO EL DÍA 30 SE REPRODUJERON LAS HELADAS, LLEGANDO … A CINCO GRADOS BAJO CERO, Y EN LA TARDE DEL DÍA 2 DE FEBRERO UNA NUBE CONTIGUA CASI NEGRA CUBRIÓ EL CIELO, EMPEZANDO A LLOVER CON VENTISCA ENORME TRANSFORMADA EN TREMENDA NEVADA QUE EMPEZÓ A LAS NUEVE DE LA NOCHE Y SIGUIÓ SIN INTERRUPCIÓN HASTA LA MISMA HORA DE LA MAÑANA: ALCANZO LA NIEVE UNA ALTURA DE MÁS DE TREINTA CENTÍMETROS Y EN ALGUNOS SITIOS HASTA CERCA DEL METRO, CONTINUA SOBRE LA TIERRA HASTA EL DÍA 8 EN QUE LA DISOLVIÓ EN SU MAYOR PARTE LA LLUVIA CAÍDA POR LA NOCHE. EL AGUA SE HELÓ EN EL CAMPO Y EN LAS TUBERÍAS, CAUSANDO LA NIEVE ENORMES DESTROZOS SOBRE TODOS LOS OLIVARES, DONDE A ALGUNOS ÁRBOLES NO LES QUEDÓ MÁS QUE EL TRONCO, PERPETUÁNDOSE TODO ESTO EN ESTA LÁPIDA PARA CONOCIMIENTO DE LAS GENERACIONES FUTURAS.
FÁBRICA, RAMOS REJANO (TRIANA) SEVILLA. XXIV-II-MCMLIV

+INFO

[1] SEVILLA PATRIMONIO. Troya es nombre de mujer
[2] RETABLO CERÁMICO. Fábrica de Manuel RamosRejano.
[3] Actualmente término municipal del Palmar de Troya.
ALMAGRA. Paseo por El Palmar de Troya


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