Del arte y salero de Sevilla mucho se ha cantado y
escrito, más en tiempos de primavera, Ferias y Romerías. Sin embargo, de su sal, salinas y
salineros mucho queda por decir.
Salinas de Valcargado. Utrera |
Al muelle de la sal de Sevilla, junto a la Lonja del
Barranco, llegaban desde el litoral barcos cargados de sal, pero también desde
Utrera llegaban al Alfolí o Postigo de la Sal (junto al del aceite en la
antigua Plaza de San Andrés), ruecas de mulas con serones de esparto repletos
del oro blanco de la Salina de Valcargado.
Salinas de Valcargado. Utrera |
Hasta el último tercio del siglo XIX, la venta y
distribución de sal se realizaba desde alfolíes situados en las principales
localidades de la provincia. A estos almacenes llegaba la sal producida en
salinas como las de Valcargado en Utrera, La Torre, Borreguero y Balmaseda en
Écija, y Rejano en Osuna.
Salinas de Balmaseda. Écija |
Valcargado era fuente de sal de la capital, la
Campiña Baja, el Bajo Guadalquivir y la Sierra Sur de Sevilla. Las campiñas de
Osuna y Estepa contaban con salinas propias. A la Sierra Norte llegaba sal del
litoral onubense, pero también del interior a través del alfolí de Carmona y la
salina de Valcargado.
Salinas del Borreguero. Écija |
Tras el desestanco de la sal, las grandes fábricas
de sal de Utrera, Osuna y Écija, pasaron a la nobleza o la oligarquía local
como recurso fundamental para el desarrollo de las principales industrias
agroalimentarias de la provincia: la aceituna de mesa, el aceite y el pan. Tras
la liberación de la producción y venta de sal aparecen otras salinas menores
que, dejando el contrabando, regularizan su situación, así como otras de nueva
fábrica como en Marchena, Pedrera, Lantejuela, Herrera y Martín de la Jara.
Salinas de La Carmelita. Pedrera |
De Utrera a Écija, de Écija a Carmona, de Carmona a
Constantina, y de Constantina a Sevilla, la Sal dibuja una ruta blanca de
sabor, salinería y salazón. Vientos salineros de poniente a levante, de norte a
mediodía recorren la provincia con añoranza de un tiempo pasado de salero y
sal.
Salinas de La Morilla. La Puebla de Cazalla |
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