DÍA 9. EN ENERO, NI BUEY CARRETERO, NI GALGO LEBRERO NI TIRADOR PERDICERO. La razón de todo esto es porque las carretas se hunden en el barro con su peso y los bueyes andan trabajosamente. La liebre pesa poco y no le impide el barro para correr, lo cual no sucede a los galgos, que ahora están torpes con el frío y se atascan en el fango. Y la perdiz vuela con mucha rapidez levantándose lejos del cazador, lo cual hace que éste acierte pocas veces. Lo mismo viene á decir el siguiente: En Enero ni galgo lebrero ni halcón perdiguero. Resumiendo ambos á la vez que no debe cazarse en este tiempo porque los animales se hallan ahora fríos y sin celos.(sic)
Castillo de Marchenilla (Alcalá de Guadaíra, SEVILLA) |
FÉRNAN CABALLERO. Obras Completas XV. El refranero del campo y poesías populares. 1912. Madrid. Tipografía de la <<Revista de Archivos>>.
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